Donde todas las estrategias cobran vida: El sensemaking

En un mundo complejo y dinámico, donde las personas y las organizaciones están cada vez más preparadas para enfrentar opciones sofisticadas, ¿por qué sigue siendo tan desafiante implementar una estrategia? 

La razón número uno a la que apunta toda la investigación sobre estrategias de bajo rendimiento es la comunicación… 
o la falta de ella.


Si conceptualizamos la estrategia como la elección de cómo la organización utilizará sus recursos para crear valor para sus clientes, superar alternativas competidoras y crecer, es evidente que el acuerdo en torno a las elecciones y su buen entendimiento es fundamental para su ejecución. Hablamos aquí de acuerdos y alineamientos, algo más amplio y profundo que “simple y buena comunicación” – comúnmente utilizada como sinónimo de información. Comunicar es dialogar sobre la estrategia, es más que informar sobre su contenido.

Ahora bien, el individuo puede conocer el objetivo estratégico, pero no comprender sus motivaciones. Hay una ausencia de sentido por la falta de conocimiento y/o comprensión de las razones detrás de las elecciones y resignaciones realizadas. Esta ausencia puede llevar a personas, o a departamentos enteros, a trabajar desconectados del futuro objetivo colectivo, enfocados únicamente en la simple ejecución de rutinas que sirvan al corto plazo. 

Todo esto conduce a la pérdida de recursos, el agotamiento y la desmotivación de los empleados, que incluso pueden sentirse perjudicados por la falta de reconocimiento de sus esfuerzos, y ni siquiera entienden por qué. A menudo, debido a que no entienden el significado de la elección, los empleados incluso cuestionan la capacidad de la alta dirección para decidir y no se comprometen a hacer realidad la estrategia.

Si lo pensamos bien, la estrategia, en la práctica, sucede gracias a un flujo de decisiones que se dan a través de flujos de conversaciones. Son conversaciones entre las diferentes líneas de liderazgo que continuamente negocian sus interpretaciones de los hechos y el mejor curso de acción a tomar frente a los acontecimientos. 

Estas son interacciones que ayudan a construir significado colectivo para las miles de decisiones que deben tomar, de manera alineada, las personas. Estas interacciones que construyen el significado de las decisiones se denominan sensemaking por la literatura académica, y se refieren a la forma en que los gerentes comprenden, interpretan y crean significado para sí mismos, a partir de la información que circula sobre el contexto.

Entonces, por un lado, estamos diciendo que el proceso estratégico se construye a través de las interacciones entre los individuos, en su capacidad de negociación e influencia mutua. Es un proceso continuo y eminentemente político, relacionado con la forma de afrontar las presiones cotidianas. En el proceso de construcción de una estrategia, por ejemplo, se crean y transforman realidades que se mantienen y modifican a través del proceso de comunicación. Por supuesto, entendemos que en una organización coexisten todo el tiempo múltiples procesos de negociación entre diferentes grupos.

Por otro lado, hay que reconocer que el gerente atento es intencional en sus interacciones. Utiliza el lenguaje, los textos, las metáforas y los relatos que ayuda a construir.  Sus discursos son pensados, intencionados, comunicativos. Sabe que su discurso, por así decirlo, dirige las elecciones, las interpretaciones de las acciones (iniciándolas, autorizándolas, reconociéndolas o contradiciéndolas), y dirige el desarrollo de la estrategia.

La importancia de los esfuerzos de liderazgo para construir significado para los diversos stakeholders de la organización (internos y externos), manejando las ansiedades y provocando resultados positivos es cada vez más evidenciada por la investigación contemporánea. El ejercicio de sensemaking contribuye a promover la renovación de vínculos con los grupos de interés y su adhesión al contenido de la estrategia. En última instancia, las decisiones construyen la realidad a través del discurso del líder, que incide en las rutinas y provoca o destruye las estabilidades, a través del lenguaje y la palabra.

Sin embargo, la mayor parte de la actividad del sensemaking tiene lugar a través de procesos laterales y en gran medida informales, replicados y compartidos en comportamientos, intervenciones en conversaciones e interacciones a medida que las personas realizan su trabajo diario. E incluso a pesar de la participación intencional de los líderes. 

Es a través de la formación que los líderes aprenden a estar atentos, descifrar y ser intencionales en los constantes procesos de sensemaking que se dan en su organización. Desde hace 46 años, la Fundação Dom Cabral es una referencia en Brasil y en todo el mundo en el desarrollo de líderes conscientes e intencionados en su papel de sensemakers.

Maria Elisa Brandão
Profesora Asociada de la Fundação Dom Cabral

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