Alertan sobre fragilidad del sistema eléctrico y proponen modelo brasileño
El presidente de la Cámara de Comercio Paraguay Brasil (CCPB), Fabio Fustagno, advirtió que la decisión del Gobierno de redirigir la energía exportada a Brasil hacia procesos de industrialización local puede tener un impacto directo en la balanza comercial entre ambos países, por lo que se debe contar con una estrategia adecuada.
Desde la Cámara señalan que uno de los principales desafíos será atraer inversiones que compensen esa pérdida de ingresos. Esta exportación genera cerca de USD 1.000 millones anuales para Paraguay. En ese sentido, Fustagno insistió en la necesidad de abrir el mercado energético nacional para tres segmentos: la generación, la transmisión y la comercialización. “Sin energía no hay producción, sin producción no hay crecimiento, y sin crecimiento no hay educación, salud ni bienestar”, subrayó.
La CCPB alertó sobre la creciente fragilidad del sistema energético nacional (históricamente una de las principales ventajas competitivas del país) y propuso una apertura gradual del mercado, tomando como ejemplo el modelo brasileño. En Brasil, la diversificación de la matriz energética con fuentes renovables y la participación privada permitió ampliar la capacidad instalada y mejorar la cobertura.
“No vemos un futuro favorable si persiste el monopolio en los tres segmentos. La ANDE tiene una capacidad de inversión muy limitada, y eso compromete la sostenibilidad del sistema”, afirmó.
El sector privado estima que la ANDE necesitaría entre USD 4.000 y 5.000 millones en los próximos ocho años para sostener la demanda, una meta inalcanzable sin apoyo externo. Por ello, insisten en abrir el mercado a la inversión privada y fomentar el uso eficiente de la energía, especialmente si se decide priorizar el consumo interno en lugar de la exportación.
Recordó que la tarifa eléctrica no se ha ajustado desde 2017, lo que, a su juicio, dificulta que la empresa estatal pueda invertir y reinvertir para modernizar la infraestructura. “Hoy seguimos pagando por un servicio que muchas veces nos obliga a tener generadores privados. Eso evidencia una falla estructural que debemos corregir”, apuntó.
Sobre el impacto en la balanza comercial, Fustagno, señaló que Paraguay exportó al Brasil aproximadamente USD 3.500 millones en 2024, de los cuales unos USD 900 millones correspondieron a energía eléctrica. Si la política del Gobierno es retener esa energía en el país, eso implicaría dejar de percibir casi mil millones de dólares en exportaciones de energía. Agregó que esa pérdida debe ser compensada con otros productos y que el verdadero desafío consiste en convertir esos USD 900 millones anuales en valor agregado. “La industria tiene la capacidad de multiplicar ese monto por tres o incluso por cuatro. Esa es nuestra preocupación y también nuestra meta”, indicó.
Fustagno aseguró que desde la Cámara están plenamente comprometidos con este proceso de transformación: “Queremos generar conciencia, instalar este tema en la agenda pública y aportar, desde nuestro lugar, al desarrollo del país”.
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